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El porno a debate: Reflexión crítica sobre la pornografía y el modelo de sexualidad que reproduce

Patt Oliver.
Máster en Sexología y Género.

‘¿Qué les está pasando a los hombres? 
Ahora, cuando ligo, se piensan que están en una pe­lícula porno 
y todo es muy agresivo’. 
A ellos, cuando les pregunto, me responden sorprendidos: 
‘Ah, ¿pero no es eso lo que les gusta a las mujeres?’.
Iván Rotella

La situación de confinamiento causada por la Covid-19 es un hecho sin precedentes. Como lo han sido también las numerosas muestras de solidaridad y apoyo social que hemos visto a lo largo de las últimas semanas. Desde aplausos en señal de unión y agradecimiento al personal sanitario, fiestas improvisadas en los balcones para amenizar la soledad y el aislamiento, hasta festivales musicales en directo a través de Instagram. 

Pero no acaba ahí la cosa, pocos días después del comienzo de la cuarentena, PornHubuna de las páginas web de pornografía más poderosas a nivel mundial, se sumaba al derroche de solidaridad poniendo a disposición de ls usuarios su contenido Premium de forma totalmente gratuita mientras durase el periodo de aislamiento. Las reacciones no se hicieron esperar: mientras uns celebraban y hacían bromas, otrs expresaban su profundo malestar inundando las redes sociales con mensajes de condena y rechazo a esta iniciativa. 

Las estadísticas[1] no engañan: estamos ante un fenómeno de grandes dimensiones que crece a un ritmo imparable. Tan solo en las últimas semanas, la plataforma de pornografía online ha registrado:

  • 17 millones de búsquedas relacionadas con “Corona” or “Covid”
  • Más de 1000 vídeos subidos bajo el tema “Coronavirus”
  • Un aumento del 61,3% en el tráfico de visitantes en España 

Parece evidente que la campaña solidaria de Pornhub ha sido todo un éxito. No solo ha conseguido poner a la marca en boca de tods, sino que, además, ha logrado reabrir un debate que, como sociedad, llevábamos demasiado tiempo postergando. 

CONCEPTUALIZAR PARA POLITIZAR

Dice la filósofa feminista Celia Amorós que conceptualizar es politizar[2], y añade que hay que conceptualizar bien para politizar bien. Por lo tanto, comencemos por definir el concepto de pornografía. La Real Academia Española de la Lengua (RAE) nos propone la siguiente definición:

Pornografía[3] 
Del fr. Pornographie ‘tratado sobre la prostitución’, ‘dibujo o publicación obscenos’, y este de pornographe ‘pornógrafo’ e -ie ‘-ía’.              
1. f. Presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación.

Y he aquí dos de las claves fundamentales para el correcto análisis de la pornografía: por una parte, la que hace referencia al contenido (sexual y explícito); y, por otra, la que nos remite a la intención del autor (excitar sexualmente a la audiencia). 

No obstante, la evolución de este fenómeno está siendo vertiginosa y, actualmente, resulta imprescindible incorporar a cualquier estudio riguroso sobre consumo de pornografía otras muchas variables como son la influencia de la ideología neoliberal en la mercantilización del cuerpo de la mujer, el acceso a Internet, el consumo desde edades cada vez más tempranas o el grado de violencia que encontramos en estos vídeos.

PERO, ¿QUÉ TIENE DE MALO EL SEXO? 

Esta es una de las grandes preguntas que tods nos hacemos al entrar en contacto con este debate por primera vez. Es lógico que, en pleno siglo XXI, cualquier ápice de censura a la vivencia de nuestra sexualidad se viva como un auténtico ataque a los derechos y libertades que tanto nos ha costado consolidar a lo largo de la historia. Sin embargo, a medida que se profundiza en el estudio de la pornografía como fenómeno social, resulta cada vez más evidente que este debate poco tiene que ver con el sexo y mucho con el poder y la violencia.

Pero veamos cuáles son las posturas ideológicas más importantes en torno a la pornografía[4]:

1. Anti-porno (grupos religiosos/conservadores): en contra de la pornografía por lo que tiene de sexo explícito, de obscenidad, de inmoral.
2. Pro-porno (mal llamadas pro-sex[5]): a favor de la pornografía por lo que tiene de transgresión. De aquí nace lo que se conoce como porno feminista o post-porno.    
3. Abolicionistas (feminismo radical): en contra de la pornografía por lo que tiene de violencia, no de sexo explícito. 

Si dejamos de lado, por un momento, la postura moralista de los grupos más conservadores y/o religiosos, nos encontramos ante dos formas radicalmente opuestas de entender la pornografía. Por un lado, quienes consideran que se trata de una expresión más de la libertad sexual y, por otro lado, quienes sitúan a la pornografía en el epicentro del sistema patriarcal y afirman que no es más que un mecanismo para satisfacer los deseos sexuales del hombre mediante el uso del cuerpo de las mujeres (que, además, a menudo pasa por la violencia). 

Por lo tanto, parece que ambos postulados coinciden en que no hay nada de malo en el sexo ni en disfrutar de nuestra sexualidad como seres sexuados que somos. El debate surge, sin embargo, cuando se conceptualiza la pornografía como sexo, y no como un modelo de sexualidad cuyo origen nos remite al patriarcado y que se construye en base a la cosificación y mercantilización del cuerpo de las mujeres.

LA EVOLUCIÓN DE LA INDUSTRIA PORNOGRÁFICA

En Pornland (Dines 2011), la socióloga y experta en el estudio de la pornografía, Gail Dines, hace gran hincapié en la rápida evolución que ha experimentado la pornografía desde lo que se consideran sus inicios (con la primera publicación de la revista Playboy en 1953), hasta llegar a convertirse en la industria multimillonaria que es hoy. Y no es solo una cuestión de números. Tal y como señala Dines, estamos ante una de las mayores operaciones comerciales de la historia del neoliberalismo cuya moneda de cambio son las mujeres. 

Como se puede apreciar en estas imágenes, en pocos años hemos pasado de la erotización del cuerpo de la mujer a la erotización de la violencia contra las mismas. En la actualidad, la agresión, el sometimiento y el dolor se han convertido en el día a día de la industria pornográfica. Lo vemos en las imágenes y lo vemos también en los textos que se utilizan para promocionar estos materiales. Abusosalvaje o castigo son solo una muestra de las expresiones que inundan las páginas web de pornografía gratuita más visitadas hoy en día. Hardcore ha pasado de ser una categoría específica a convertirse en la tónica general de la mayoría de vídeos que nos encontramos en Internet. Ahora lo que se lleva es lo extreme. El uso de la fuerza, las prácticas vejatorias y el peligroso juego que se lleva a cabo con aspectos como la edad o la consanguinidad es la norma en el mundo del porno. Lo más buscado y lo más consumido. Por su parte, la doctora Gail Dines no duda en afirmar que nos encontramos ante un asunto de salud pública (Dines 2016).

¿QUÉ ES LO QUE ESTAMOS VIENDO EN REALIDAD?      
Y, ¿QUÉ MODELOS DE SEXUALIDAD PROMUEVE EL PORNO?

Lo que vemos en la pornografía no es ficción. Las prácticas que vemos son reales, por mucho que ls protagonistas sean actores y actrices, o el contenido de las grabaciones esté pactado de antemano. 

Este hecho resulta de vital importancia cuando analizamos los efectos sobre ls consumidores más jóvenes. En muchos casos, menores carentes de educación sexual y/o sin experiencia sexual previa con otras personas. ¿Qué sucede entonces? ¿Qué pasa cuando se acude al porno para aprender sobre sexo? ¿Qué mensajes recibe la juventud? ¿Qué prácticas y actitudes están normalizando? 

En sus estudios, la investigadora Mónica Alario (2017/2019), explica cómo la presencia de prácticas sexuales que violentan los cuerpos de las mujeres en la pornografía no es más que una forma de blanquear y legitimar la violencia sexual contra las mujeres. Y para ello, se suele hacer uso de los siguientes mecanismos:

La pornografía nos ofrece, por lo tanto, un modelo de sexualidad que reproduce las bases del sistema patriarcal, en tanto que mantiene intacta la jerarquía en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, y hace uso de la violencia sexual como herramienta sistemática de control. Se pasa por alto, además, que la sexualidad es mucho más que la penetración y se invisibiliza todo lo que tiene que ver con la empatía, la comunicación, el deseo (de las mujeres), los cuidados, el placer o la reciprocidad. 

CONCLUSIONES: LA DESPOLITIZACIÓN DE LA SEXUALIDAD Y EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE MODELOS DE SEXUALIDAD MÁS HUMANOS.

No era posible acabar esta reflexión sin hacer referencia al peligro de despolitizar la sexualidad, privándola de la lectura crítica que el feminismo lleva años haciendo al respecto.

Las feministas radicales de los años 60 y 70 fueron las primeras en darse cuenta que la sexualidad constituye un espacio fundamental para la reproducción del patriarcado. Y, por esta razón, desde el movimiento abolicionista se insiste en la necesidad de realizar un análisis feminista de la pornografía desde la colectividad y no desde la individualidad, como defienden algunos grupos pro-porno. Por eso Ana de Miguel nos recuerda que el feminismo no es un sentimiento individual que cada mujer puede definir a su gusto porque, “cuando todo vale, nada vale, todo pierde el sentido y el significado”[6]. Y eso es justo lo que nos estamos encontrando en lo que ya se conoce como Cuarta Ola del Feminismo, donde “la libre elección se está utilizando para legitimar estructuras de desigualdad”[7] como la prostitución, la pornografía o los vientres de alquiler. No podemos olvidar que el movimiento feminista cuenta con una sólida base teórica basada en la abolición del patriarcado (Valcarcel 2010) y todos sus mecanismos subyacentes (siendo la industria pornográfica uno de ellos). 

Lo que el auge en el consumo de pornografía pone de manifiesto es que hay una gran cantidad de hombres que se excitan con un modelo de sexualidad no recíproco y basado en la violencia y el sometimiento. Así como que, cada vez, más mujeres acuden al porno para aprender a satisfacer los deseos del hombre. Y dado que la pornografía contribuye significativamente a la construcción del deseo sexual de ambos, lo que vemos en estos vídeos se acaba reflejado en mayor o menor medida en nuestros encuentros sexuales con otras personas.  

Por lo tanto, parece inevitable concluir afirmando que el discurso que promueve la industria pornográfica representa una clara apología de la violencia contra las mujeres. Como profesionales de la sexología, debemos trabajar para hacer llegar una visión positiva de la sexualidad tanto a estudiantes como a pacientes, así como recordarles que ni todo el sexo es porno, ni todo el porno es sexo. En nosotros y nosotras está la posibilidad de ofrecer las herramientas adecuadas, especialmente a ls más jóvenes, para que construyan su deseo sexual en base al respeto y los cuidados (propios y ajenos), y no desde la brutalidad y el abuso. Es trabajo de todos y todas poner en valor las relaciones personales que se nutren de la igualdad entre hombres y mujeres. Tan solo así lograremos vencer a un sistema patriarcal que no duda en reinventarse y apropiarse de conceptos como el de la libertad sexual con tal de conservar su hegemonía. 

BIBLIOGRAFÍA

Alario Gavilán, Mónica. (2017). Pornografía en un patriarcado neoliberal: ¿una cuestión de deseos individuales? En Nuño Gómez, Laura y de Miguel Álvarez, Ana (dirs.) y Fernández Montes, Lidia (coord.), Elementos para una teoría crítica del sistema prostitucional (pp. 181-193). Granada, España: Editorial Comares.

Alario Gavilán, Mónica. (2017/8) Prevención de la violencia sexual: pornografía hegemónica, sexo y violencia. En el nº 31 de Labrys, Revista de Estudios Feministas.

Alario Gavilán, Mónica. (2018) Informe La Manada en el Porno. La sentencia de La Manada: masculinidad hegemónica y pornografía. Recuperado de https://geoviolenciasexual.com/manada-en-el-porno/

Alario Gavilán, Mónica. (2019) La reproducción de la Violencia Sexual: Un análisis de la masculinidad hegemónica y la pornografía. Investigación joven con perspectiva de género IV. Universidad Carlos III de Madrid, Instituto de Estudios de Género, 2019, pp. 55-66

Ballester, L., Orte, C., & Pozo, R. (2014). Estudio de la nueva pornografia y relacion sexual en jóvenes. Anduli, Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 13.

Ballester, L., Orte, C., & Pozo, R. (2019). Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales de adolescentes y jóvenes. Universitat de les Illes Balears. 

Cobo, Rosa. (2019) La Cuarta Ola Feminista y la Violencia Sexual. Paradigma. Revista universitaria de cultura. Núm. 22 Pág. 134-138.

De Miguel Álvarez, Ana. (2015). Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección. Madrid: Cátedra.

Dines, Gail. (2011) Pornland: How Porn Has Hijacked Our Sexuality. Paperback.

F. Galán Jiménez, J.S. y Preciado Serrano, M.L. (2014). Desensibilización a la violencia una revisión teórica para la delimitación de un constructo. Uaricha, 11(25), 70-81 (mayo-agosto, 2014)

Jeffreys, Sheila. (2009) The Industrial Vagina: the political economy of the global sex trade. Routledge.

Malem Seña, Jorge F. (1992) Acerca de la pornografía. Pág. 229-30. Revista del Centro de Estudios Constitucionales, ISSN 0214-6185, Nº. 11, 1992, págs. 219-237

Martínez-Domínguez, Luis & Escobar, Aránzazu. (2017). Educar la vergüenza ante la pornificación en Internet.

Parrondo Coppel, E. (2009) Lo personal es político. En: Trama y fondo: revista de cultura, ISSN 1137-4802, Nº. 27, págs. 105-110.

Preciado, Paul B. (2007). Pornified: How pornography is transforming our lives, our relationships, and our families. Canada: Henry Holt and Company

Preciado, Paul B. (2010). Pornotopía: arquitectura y sexualidad en Playboy durante la Guerra Fría. Anagrama.

Puleo, Alicia. (2005) Lo personal es político: el surgimiento del feminismo radical. En: Teoría feminista: de la ilustración a la globalización / coord. por Ana de Miguel Álvarez Árbol académico, Celia Amorós Puente Árbol académico, Vol. 2, 2005 (Del feminismo liberal a la posmodernidad), ISBN 84-88123-54-X, págs. 35-68.

Valcarcel, A. (2000) El Feminismo. En Retos pendientes en ética y política. Ed. José Rubio Carracedo, José María Rosales y Manuel Toscano. Suplemento 5 de Contrastes. Revista Interdisciplinar de Filosofía. Pp. 123-135.

Witt, Emily. (2016) Sexo Futuro: el amor en el siglo XXI. Los Libros del Lince. Barcelona.

RECURSOS ELECTRÓNICOS

PornHub Coronavirus Update:        https://www.pornhub.com/insights/coronavirus-update-april-2

RAE. Definición: pornografía https://dle.rae.es/pornograf%C3%ADa

Alario Gavilán, Mónica. (11/03/2020) La pornografía y la violencia sexual: entrevista con Mónica Alario. Burgos Digital.     https://burgosdijital.net/la-pornografia-y-la-violencia-sexual-entrevista-con-monica-alario/

Dines, G. (2016) Why Porn is a Public Health Issue, en Public Health Post: https://www.publichealthpost.org/viewpoints/pornography-public-health-issue/

Gómez Urzaiz, B. (2017). SModa El País. Entrevista a Ana de Miguel. “Considerar que dar las campanadas medio desnuda es un acto feminista es un error garrafal”: https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/ana-miguel-filosofia/

Iglesias, A. y Zein, M. “Pornonativos”, El País. 2/6/2018.          https://elpais.com/elpais/2018/04/13/opinion/1523632900_038054.html

Teoría Feminista, con Celia Amorós:              https://www.youtube.com/watch?v=v_xOnIGkTQ8

Entrevista a Mónica Alario Gavilán.                
«La pornificación de la cultura: propagación y contagio»:      https://www.youtube.com/watch?v=7g0HB3fffDU&t=2s

Pornografía y violencia sexual: entrevista con Mónica Alario:                 https://www.youtube.com/watch?v=4qeqRu-xB5Y


[1] PornHub_Coronavirus Update: https://www.pornhub.com/insights/coronavirus-update-april-2

[2] Teoría Feminista, con Celia Amorós: https://www.youtube.com/watch?v=v_xOnIGkTQ8

[3] Definición Pornografía RAE: https://dle.rae.es/pornograf%C3%ADa

[4] Entrevista a Mónica Alario Gavilán. «La pornificación de la cultura: propagación y contagio»: https://www.youtube.com/watch?v=7g0HB3fffDU&t=2s

[5] Digo mal llamadas pro-sex porque, al referirnos a este grupo como a favor del sexo estamos automáticamente dando a entender que el resto de posturas ideológicas son anti-sexo y eso es falso. El feminismo abolicionista no reniega del sexo en sí, lo que hace es una crítica a la sexualidad patriarcal (de la que la pornografía forma parte).

[6] Gómez Urzaiz, B. (2017). SModa El País. Entrevista a Ana de Miguel. “Considerar que dar las campanadas medio desnuda es un acto feminista es un error garrafal”: https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/ana-miguel-filosofia/

[7] Gómez Urzaiz, B. (2017). SModa El País. Entrevista a Ana de Miguel. “Considerar que dar las campanadas medio desnuda es un acto feminista es un error garrafal”: https://smoda.elpais.com/moda/actualidad/ana-miguel-filosofia/

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